Desperté
repentinamente y media sonámbula revise el reloj, eran las tres de la
madrugada, miré hacia ambos lados de mi cama y ahí estaban, mi abuela y mis
primas durmiendo profundamente, por lo visto aquel ruido molesto y continuo,
les era indiferente, pero yo, no lo aguantaría ni un minuto más, parecía el
sonido de una moneda que caía en un recipiente vació de metal, y se repetía a
cada momento, como un caño goteando.
Regresé a
mi cama porque moría de sueño, y en eso, escuche ese sonido otra vez, -si tenía
miedo-, no lo voy a negar, aun así me quise poner de pie pero no pude, tenía
los ojos bien cerrados, un escalofrío inundó mi cuerpo, pero siempre he sido
decidida y a veces caprichosa, por eso luchaba contra mis miedos.
!Ya basta...por la puta madre!, - grité con todas mis fuerzas, con el fin de que mi familia despierte, pero parecía que mi voz era música para sus oídos.
Fue entonces cuando mis ojos se empezaron a llenar de legañas, me limpiaba con las sábanas y volvía a lo mismo, intenté gritar y no pude, parecía un sueño, dude por un momento si todo esto, era realidad. Pero me quedé paralizada al ver como un niño con ropa blanca paseaba de izquierda a derecha y viceversa a través de las ventanas de mi cuarto que se encontraban abiertas.
¡Aaaaa!¡Aaaaaaaaa!- gritaba y gritaba sin parar.
El niño se paró y me miró, su cara era brillante sin forma, estaba iluminada, y se fue en dirección a un depósito grande donde guardábamos cosas en desuso.
Lo seguí sin pensar, ni yo misma entendía ¿Porque? pero al entrar me detuve porque la oscuridad no me dejaba dar un paso más, mire y miré, tratando de enfocar y agudizar mis pupilas y mi oído, pero nada.
Decidí
voltear para retirarme y casi muero de un infarto, cuando mi prima me tocó por
el hombro para decirme que hacía yo fuera de la cama, en seguida le conté lo
sucedido y no me creyó, fuimos donde la abuela y ella contó que en varias
oportunidades le había pasado lo mismo, pero no dijo nada para no asustarnos,
al parecer ese niño había muerto en esa casa de la cual no se pensaba ir.
¡POR LA PTM!...